Por: Equipo de Comunicaciones – Fundación Dame la Mano
«Los datos no son solo números; son las historias de nuestras comunidades, y cuando se usan con propósito, se convierten en la herramienta más poderosa para la transformación social.»
En el Barrio El Corazón, un sector vibrante y lleno de historias en la Comuna Trece de Medellín, la Fundación Dame la Mano ha dedicado más de 41 años a fortalecer el tejido social. Nos enfocamos en el bienestar de la comunidad desde la primera infancia hasta la edad adulta, con programas que cubren educación, la seguridad alimentaria, la formación para el empleo, el desarrollo comunitario y la promoción de la vivienda digna. Cada una de nuestras iniciativas busca una meta clara: mejorar directamente la calidad de vida de las personas y de todo el territorio.
En barrios como este, las organizaciones sociales están llenas de ideas brillantes y un profundo deseo de transformar su entorno. Sin embargo, a menudo se enfrentan a un obstáculo común: la desconexión entre sus propuestas y las necesidades reales de la población. A pesar de su esfuerzo y dedicación, sus iniciativas no logran la participación ni el compromiso esperados de sus beneficiarios. ¿Qué falta para cerrar esta brecha? En muchos casos, la respuesta es simple y poderosa: los datos al corazón.

Esta idea va más allá de un simple análisis de cifras. Se trata de una metodología que busca entender las historias, percepciones y necesidades subjetivas de las personas. Creemos firmemente que, al acceder a esta información genuina, podemos multiplicar nuestra capacidad de impacto e incidencia social. Cuando las iniciativas se basan en la realidad de la gente, no en datos estandarizados, su valor y resonancia se potencian.
Esta visión fue el núcleo de nuestra propuesta, «Datos al Corazón: Laboratorios y Mentorías para la Incidencia Comunitaria», una de las cuatro ideas seleccionadas entre cuarenta y cuatro para ser parte del Laboratorio de Innovación Social (LABIC) 2025 en Medellín. Más que una simple metodología, esta iniciativa es un camino para conectar con los beneficiarios a través de experiencias participativas que transforman sus narrativas y percepciones en propuestas sólidas y respaldadas por evidencia.
Nuestro modelo se basa en dos ejes fundamentales: primero, diseñar experiencias innovadoras que generen interés y participación; y segundo, crear propuestas basadas en datos, analizando la información subjetiva recolectada para transformarla en soluciones concretas que respondan directamente a las expectativas de la comunidad.

La propuesta de «Datos al Corazón» no habría alcanzado su potencial sin el apoyo de un equipo de líderes sociales, mentores internacionales, y representantes profesionales claves de la Alcaldía de Medellín y la Universidad de Antioquia. Este ecosistema de apoyo fue crucial para pulir nuestra idea la ayudaron a fundamentarse y a convertirse en una verdadera propuesta innovadora. El LABIC Medellín 2025 no fue solo un espacio de encuentros por dos semanas; fue un espacio de colaboración donde la idea tomó forma y se consolidó, asegurando que fuera un modelo escalable,
Como parte del proceso, realizamos un piloto en la Comuna 13 en la sede de la Fundación Dame La Mano, Sector Corazón, usando una dinámica de «Podcast Relámpago». Los resultados fueron muy positivos, demostrando que escuchar a los jóvenes en sus propios términos —a través de un formato que les resulta familiar— genera confianza y activa su participación de manera auténtica. Esta experiencia nos confirmó que, al poner a las personas en el centro de la conversación, se logran resultados más profundos y significativos.
Es un honor compartir esta experiencia, y esperamos que sirva de inspiración para que otras organizaciones se unan a estas propuestas de incidencia con propósito. Con «Datos al Corazón», buscamos transformar la forma en que las comunidades se desarrollan, asegurando que cada voz y cada historia se conviertan en una herramienta poderosa para construir un futuro más equitativo y digno para todos. Porque, al final del día, el verdadero impacto no se mide en números, sino en las vidas que cambiamos.




