Por: Equipo de Comunicaciones – Conciudadanía
En el marco de la COP16, celebrada en Cali bajo el lema «Paz con la naturaleza», el proyecto Tejer la Vida logró visibilizar el papel crucial de las comunidades locales en la protección del agua y la biodiversidad. Liderado por Conciudadanía, en colaboración con el Colectivo Río Cauca, y con el apoyo de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), este proyecto promovió un intercambio enriquecedor entre actores sociales, políticos y comunitarios de Antioquia, Chocó, Cauca y Valle del Cauca, consolidando alianzas estratégicas para la conservación ambiental y la construcción de paz territorial.
Acciones destacadas
El Diálogo río Cauca: sujeto de derechos, retos a varias voces fue uno de los eventos principales, desarrollados en el marco de la Zona Verde de la COP16. Este espacio reunió a guardianes del río, representantes institucionales y organizaciones sociales para reflexionar sobre el reconocimiento jurídico del río Cauca como sujeto de derechos. Las discusiones abordaron los retos que implica garantizar el cumplimiento de esta sentencia y la necesidad de una gobernanza inclusiva y efectiva.
Además, se llevaron a cabo talleres de intercambio que fortalecieron la articulación entre actores de diversas regiones. Allí se destacaron experiencias sobre la conservación de ríos reconocidos como sujetos de derechos, como el Atrato, el Cauca y el Pance, así como estrategias para la conectividad socioecosistémica en territorios anfibios. Estas vivencias resaltaron la importancia de los saberes tradicionales y la acción colectiva para enfrentar desafíos como el monocultivo, la minería y la contaminación.
Mujeres y biodiversidad
El protagonismo femenino fue un eje transversal del proyecto. Delegadas de asociaciones como la Asociación María Martínez de Nisser, de Sonsón; la Asociación de Mujeres del Oriente, AMOR y la Asociación de Mujeres de Fredonia participaron en el Foro Internacional de Mujeres y Biodiversidad, aportando sus voces y experiencias. La Declaración de Inírida, presentada en este marco, consolidó demandas fundamentales, como eliminar barreras estructurales, garantizar el acceso a tierras y reconocer el papel de las mujeres en la gestión ambiental.
Este documento también destacó la relevancia de los saberes tradicionales y ancestrales en la conservación de los ecosistemas. El reconocimiento de las mujeres como guardianas históricas de la biodiversidad permitió reforzar una visión inclusiva y sostenible del cuidado ambiental, ganando el respaldo de parlamentarias colombianas para convertir esta declaración en una herramienta legislativa.
Retos y aprendizajes
La participación en la COP16 dejó en evidencia importantes desafíos. Entre ellos, la necesidad de articular mejor los esfuerzos de actores locales, regionales y nacionales en torno al río Cauca. Asimismo, se subrayó la urgencia de abordar las afectaciones del monocultivo de caña de azúcar y los vertimientos urbanos, que representan graves amenazas para la salud del río y su biodiversidad.
Otro desafío clave es la creación de consejos de gobernanza para la cuenca del Cauca. Estos espacios, integrados por comunidades locales, guardianes del río y representantes institucionales, podrían ser fundamentales para promover acciones conjuntas frente a problemáticas como la minería ilegal y la deforestación, además de garantizar el cumplimiento de las sentencias de los ríos como sujetos de derechos.
La necesidad de educación ambiental en las comunidades ribereñas, especialmente entre las nuevas generaciones, también fue señalada como un aspecto crucial a trabajar. Promover una conciencia colectiva sobre la importancia de los ecosistemas hídricos y su impacto en el bienestar humano es esencial para asegurar su protección a largo plazo.
El proyecto Tejer la Vida dejó una huella profunda en la COP16 y para quienes allí estuvimos, demostrando el poder de las alianzas entre liderazgos, comunidades, organizaciones y gobiernos. Desde los murales con mensajes ambientales, hasta los intercambios de experiencias, cada acción contribuyó a construir una narrativa común que resalta la interdependencia entre el ser humano y la naturaleza.
Con estas lecciones aprendidas, Tejer la Vida reafirma su compromiso con la protección del río Cauca y de todos los ecosistemas conectados a él. La COP16 no solo fue un espacio de aprendizaje, sino un llamado a fortalecer los lazos entre comunidades y ecosistemas, para construir un futuro en el que la biodiversidad y la justicia ambiental sean pilares fundamentales.